martes, 25 de febrero de 2025

  Su rostro arrogante y bello despreciaba a su juguete personal, su objeto de deseo y sufrimiento a un mismo tiempo sin poder negar el fulgor que le provocabal tenerlo así, a su merced, en el límite del abismo de ese orgasmo, lo sacó con intensidad, húmedo mientras resbalaba una gota descontrolada de placer