miércoles, 7 de junio de 2023

Reuniones

Me encanta cuando me deja repasar su cuerpo con mis manos y estas se pasean impunes por su cuerpo descubriendo la sensación de su piel bajo mis dedos. Me detengo y recreo en su sexo que se abre con apenas rozarlo sintiendo su calor, su humedad y su placer creciente en gemidos. Y cuando necesita más, también baja su mano unirla a la mía abriendo más al exterior su calor y su humedad. Con la otra mano temblorosa escribe en el teléfono móvil que no le pasen llamadas que está reunida mientras su cuerpo pierde por completo la compostura ante el placer

lunes, 29 de mayo de 2023

Elecciones

 Era un día lluvioso y gris en la ciudad. La lluvia caía con fuerza sobre las calles vacías mientras la gente se preparaba para un domingo de elecciones. Al llegar al colegio electoral mi atención fue capturada por una apoderada preparada para una larga jornada electoral, destacando su cabello rubio y su sonrisa cuando alguien se acercaba a ella, ese tipo de sonrisa radiante que te identifica a alguien como cálida y amigable. Al mirarla ella me devolvió una mirada y me regaló una sonrisa coqueta mientras atendía a otras personas con delicadeza.


Salí de aquel lugar después de votar con la mente ocupada en ella, mientras buscaba la salida del colegio electoral me la encontré de frente, con su sonrisa y su magnética presencia. En ese momento pude mirarla, ella me entregó un folleto de su formación con una papeleta haciendo crecer mi deseo con cada segundo que pasé cerca de ella y cuando iba a decirle algo dos ancianos me la arrebataron. Me quedé mirando la papeleta y cuando la iba a tirar en una papelera pude leer su número de teléfono, escrito con el bolígrafo de su formación junto a su nombre compuesto. No pude resistir la tentación así que decidí incluirla en la agenda de mi teléfono. Al llegar a casa decidí mandarle el primer mensaje, solo un emoticono de una cara feliz y ella respondió "has sido lo mejor que ha pasado por aquí". Y el resto del día transcurrió con mensajes cruzados, cada vez subiendo el atrevimiento y la temperatura.


La noche llegó y mi mente solo podía pensar en ella. No podía sacarla de mi cabeza, tenía que verla de nuevo, sentir su presencia de nuevo y sabía que esa oportunidad no podía dejarla pasar como ya había ocurrido en otras ocasiones. Empecé a pensar como redactar ese mensaje pero antes me llegó uno de ella diciendo que la rescatara y la llevase a su casa lo antes posible. Un calambre de excitación recorrió mi cuerpo e iba en aumento mientras iba en dirección a mi coche.


Allí estaba ella cansada y exhausta, con la ropa desdibujada por una jornada interminable, con cajas de folletos y mirando el móvil en esa noche a punto de llover. Me acerqué y en tono bajo pronuncié su nombre completo en esa noche oscura y húmeda por la lluvia. Me volvió a mirar con su mirada atractiva, juguetona y a la vez que cansada. Con rapidez se dirigió a mi coche fijándome en como se movían sus caderas con un paso cansado, le abrí el maletero para que dejara sus cajas, su paraguas y también algún suspiro de cansancio para dejarlo allí encerrado mientras me enamoraba de la curva de su pálido cuello.


Salimos corriendo del lugar mientras las gotas de lluvia caían sobre nosotros. Nos metimos en el coche seguía sus indicaciones bajo esa terrible lluvia que se había desatado en aquella noche y ante la imposibilidad de seguir por la poca visibilidad decidimos aparcar. De repente, ella se acercó a mí y como si una arrebatadora urgencia se hubiera desatado me besó, fue algo tan natural en ese momento que los dos nos dejamos llevar por la pasión, besándonos y acariciándonos sin parar. Nos empezamos a desnudar como pudimos y seguimos besándonos y acariciándonos, explorando nuestros desconocidos cuerpos.


Nos entregamos al placer sin pudor, nuestros cuerpos desnudos enredados en una danza erótica salvaje. Las caricias se intensificaron a medida que nuestras ropas iban desapareciendo. Los latidos de nuestros corazones se aceleraron hasta que parecía que podían salirse de nuestro pecho, y las sensaciones que recorrían cada parte de nuestro ser eran tan intensas que nos dejaban sin aliento. Nos tocamos con delicadeza y desesperación a partes iguales, descubriendo los secretos de nuestro cuerpo como si no hubiera un mañana.


La sensación de placer era cada vez mayor sentada sobre mi, te movías en dos direcciones de manera fluida y a tres velocidades de intensidad como el limpiaparabrisas que seguía conectado haciendo su trabajo limpiando el cristal con ese cielo encapotado y lluvioso. No olvidaste que estábamos en los dominios del coche y tu vergüenza ante los espejos la borraste tapando con las braguitas el espejo retrovisor del interior y con una determinación que antes no había conocido agarraste mi cabeza poniendo tus pezones pequeños, duros y fríos en el interior de un boca junto a una lengua que quería que encontraran un lugar cálido en mi boca, generando gemidos y suspiros que se mezclaron con el sonido de la lluvia.


El placer iba en aumentando, se iba convirtiendo en intenso, adictivo y hasta doloroso cuando nuestros cuerpos se apretujaban y retorcían buscando las posturas adoptadas en ese espacio tan pequeño del coche. En la pequeña intimidad del coche nuestras respiraciones se entrelazaban en un ritmo frenético que iban empañando los cristales mientras nuestro placer iba creciendo. Mientras las manos se deslizaban por debajo de la poco ropa que no pudimos quitarnos, buscando los contornos y profundidades de nuestro cuerpo, acariciando y desabrochando al mismo tiempo y tirando la ropa por cualquier espacio de tu coche que parecía temblar bajo nuestros descubrimientos.


El repiqueteo de las gotas de lluvia se mezclaba con nuestros gemidos de placer, con mis manos apretujando tus caderas contra mi cuerpo con una fuerza que rayaba la violencia y con cada embestida suya siguiendo el ritmo del limpiaparabrisas. Fue en ese espacio tan estrecho donde llegaste al disfrute final con un grito ahogado aferrándome con demasiada fuerza con tus manos fuertes que casi traspasaron mi piel. Después, con habilidad, maestría y una mirada intensa te encargaste de mi miembro resbaladizo por tu humedad hasta hacerme correr ante tus ojos, manchando y dejando huella en su ropa, mientras la lluvia y el limpiaparabrisas se seguían escuchando de fondo, yo enredaba mis dedos en su largo pelo mientras seguías regalándome la primera mirada que tuve de ella.


Con las piernas sobre el salpicadero cogiste las braguitas que tapaban el espejo y te las empezaste a deslizar con dificultad por sus muslos aun humedecidos. Ahora en el reflejo del espejo se observaba de nuevo tu sonrisa de complicidad que se podía traducir de que esto no había acabado aun y que continuara conduciendo hasta tu casa.

sábado, 27 de mayo de 2023

Amantes

No aspiraban a ser el mejor amante de su mundo ni siquiera el más atractivo. Se conformaba sencillamente, con hacerlo un poquito más interesante con toda aquella efervescencia contenida que siempre se acababa desbordando. Mientras se acariciaban con deleite sus labios se fundían en besos y pequeños mordiscos. Las manos recorrían los cuerpos con ansia, descubriendo cada rincón hasta llegar a las partes más sensibles. Los gemidos escapaban de sus bocas mientras la excitación iba en aumento. 

Con un gemido se dejaron caer sobre la cama, penetrándose con fuerza en esa caída, mientras sus respiraciones se mezclaban en un ritmo frenético. Sus cuerpos ardían en deseo deslizándose uno contra el otro. Creaban una sensación de placer indescriptible sobre tus pieles mientras se movían de manera desordenada intentando estallar en algún momento de placer.Y aunque aquello acabaría en algún momento, sabían que lo  que se había desatado esa noche, nunca se olvidaría.

viernes, 19 de mayo de 2023

Vecina

Sentir que sus piernas se desmoronan tras mis espaldas, como su cuerpo se ablanda, notar su aliento sobre mi cuello y como me abraza después de la lascivia de las embestidas en esa mesa de la cocina mientras nuestros cuerpos se recuperaban aún mojados por nuestro sudor.


En pocos minutos todo ha cambiado, antes unas manos se aferraban con fuerza a mis caderas, sus cortas uñas se clavaban en mi piel, sus piernas encerraban con fuerza mi cuerpo atrayéndome hacia ella y la mesa chocando contra la pared y temblando recordando que necesitaba estar bien calzada cuando aumentaba nuestra intensidad que se reflejaba en el deseo de sus ojos.

Ahora la vuelvo a observar, el cuerpo marcado y salpicado de rojeces, una sonrisa sibilina y esperando que alguien la baje de la mesa, algo que se puede demorar viendo lo atractiva que está la vecina desnuda en su nueva cocina.

sábado, 13 de mayo de 2023

La desconocida

Hundir mis dedos en las entrañas de su muslos abiertos como un libro, buscando el punto que le hace perder la cordura y la respiración entrecortada. 

Me deleito en su placer, en sentir sus músculos tensarse bajo mis caricias y sus movimientos. Aumentar la intensidad de mis movimientos cuando me dice que pare, que quiere ponerse encima y acabarlo juntos y con mi mirada ayudarla a que sus piernas se contraigan, tengan una escalofrío y sus muslos se cierren atrapando  y fusionando mis manos en su orgasmo. 

Aplazar el placer mutuo mientras se recrea en besarme la oreja, jugar con mi pelo y pasar su mano humedecida en su sexo por mi piel.



Para la desconocida que lee e inspira


martes, 9 de mayo de 2023

Café con y sin hielo

La tensión sexual entre nosotros había sido palpable desde el primer día en que nos conocimos. Siempre había sido un juego peligroso, pero aquella tarde tomando un café, la tensión se había vuelto casi insoportable, con miradas que habían recorrido el uno al otro y silencios que fabricaban fantasías con cuerpos desnudos.    


Era un juego peligroso y cuando una taza de café se derramó y manchó el platillo, sabíamos que era la señal de ir a un lugar más privado, más íntimo y hasta más oscuro para saciar la curiosidad y entregarnos son límites e inhibiciones.  Los hielos no habían conseguido enfriar el ambiente lo suficiente o simplemente pasaron a ser cómplices.


Una vez a solas, el juego y el ambiente se volvió cada vez más electrizante mientras los cuerpos se acercaban. Se intensificó con unos labios, que en vez de besar, mordían el poco autocontrol que quedaba y que con la ayuda de manos expertas, entrenadas en dar placer nos ayudaban a empotrarnos contra una pared dura, rompiendo con la diplomacia de la contención que se desbordaba sin límites siguiendo una perfecta sincronía en una tarde del caluroso mes de Mayo con sabor a café. 

miércoles, 26 de abril de 2023

El tiempo

Empezó a desabrochar su blusa mientras ella seguía mordiendo sus labios como una expresión de complicidad y deseo en esa habitación que estaba llena de la tensión que provocaban sus cuerpos. Pronto sus pieles quedaron desnudas de toda ropa en esos cuerpos imperfectos labrados por el tiempo pero llenos de sabiduría.
Se besaron y sus lenguas empezaron a danzar junto a sus labios viajando a otros mundos. Se rodearon la espalda con los brazos dibujando extraños laberintos de caricias despertando nuevos deseos. Se acariciaban mutuamente los pechos, que habían aumentado de tamaño con el paso de los años y la sonrisa inicial de complicidad por ese gesto fue cambiando por un ligero gemido mientras dejaban crecer sus pezones entre sus dedos.

Él, por su parte, prolongando y recreando lentamente las caricias que llevaba acumuladas en este tiempo. Ella, por su parte, no podía evitar sentirse vulnerable y a la vez poderosa ante esa mirada que la consumía. Quería fundirse con él, entregarse por completo a sus caricias y arañar su piel como venganza por este largo tiempo de ausencia.Cada movimiento que hacían era como si estuvieran poniendo el mundo en espera.
 
Su respiración se aceleraba y se hacía más profunda a medida que se redescubrían mutuamente. Ella sentía sus manos fuertes y cálidas recorriendo su piel, acariciándola suavemente y provocando reacciones que la hacían estremecer.
 
Sus cuerpos anhelaban más, necesitaban ese tiempo para disolver esa necesidad creada como una adicción a la droga más dura de la pasión.